miércoles, 3 de marzo de 2010

Historia de la Peluquería.

La Prehistoria

En estos tiempos el corte de pelo se debía a cuestiones prácticas o ceremoniales, y se cortaba con trozos de piedra muy afiladas.

Los primeros peines estaban hechos de espinas de pescado, dientes de animales y ramas secas; los primeros tintes de sangre, grasas y tintes vegetales.

Egipto

En el antiguo imperio Egipcio se producen los cambios más significativos en cosmética: el corte del cabello como diferenciación entre clases sociales, los primeros pigmentos de origen vegetal para el cabello,…

Peinados, pelucas, baños de leche, estilizadas siluetas,… todo formaba parte de una cultura en la que lo espiritual, el arte, la religión y la ciencia tenían una importancia fundamental. El cabello se teñía de henna o bien se rasuraba para facilitar los continuos cambios de pelucas; la piel se mantenía tersa mediante ungüentos o baños perfumados o de leche; los ojos se remarcaban en negro, engrandeciendo y suavizando su forma natural; el carmín blanco de los labios, utilizado para restar vivez a la cara, y el rojo para las mejillas, se extraían de las plantas; coloreaban los párpados en verde o azul mediante antimonio.

Las dos reinas que más destacaron por su belleza fueron Nefertiti, de quien se recuerda su estilizada silueta a pesar de haber sido madre seis veces, y Cleopatra, famosa por sus mascarillas, su maquillaje y sus baños de leche.

Grecia

Grecia fue la civilización de la belleza. Al igual que en Egipto, los esclavos mantenían lo más hermosas posibles las cabezas de sus amos, pero Grecia aportó los salones de belleza, donde se peinaban las cabezas más selectas.

En Grecia lucían rizos, ellos con el cabello corto y ellas con el pelo largo recogido en moños que envolvían con redecillas doradas o cintas.

Pero la mayor atención se prestaba al cuidado del cuerpo, que se realizaba en los baños públicos: primero diversos ejercicios físicos, luego el baño generalmente con agua fría; los masajes también tenían un papel esencial, seguidos de la aplicación de aceites perfumados extraídos de flores.

El maquillaje de las mujeres consistía en color negro y azul para los ojos, las mejillas coloreadas con carmín y los labios y uñas en un único color; el color de la cara debía ser pálido como reflejo de pasión.

Los íberos tuvieron una enorme influencia de la cultura griega: pelo trenzado y enroscado y cubierto de tela, complementos como mantillas y peinetas, así como cintas, redecillas y diademas a modo de corona de influencia griega.

Los pueblos bárbaros

Poco dados a valorar criterios estéticos, pero sí prácticos, sus peinados solían consistir en trenzas y colas de caballo.

Roma

La estética constituyó una auténtica obsesión para hombres y mujeres. El cabello era corto para los hombres y solía sujetarse con una cinta; las mujeres dejaban caer su pelo en forma de tirabuzón o ligeramente ondulado, o bien lo recogían en moños sobre la nuca, que envolvían con redecillas o cintas del mismo modo que las griegas. Pero no existía un ideal único de belleza, sino que recogieron influencias dispares de los pueblos conquistados, por lo que comenzaron a hacer pruebas para aclarar el cabello.

Los salones de belleza eran ya un negocio, organizándose por especialidades en lugar de dar un servicio global.

La Edad Media

Época caracterizada por la austeridad, donde teñirse el cabello dejó de ser material y moralmente posible. Sin embargo, tal y como marcaba la Iglesia, las mujeres debían llevar el pelo largo y bien recogido, lo que les obligó a inventar todo tipo de trenzas y moños y a cubrir el pelo con capuchas, velos, gorros y sombreros (en invierno y en verano) para protegerse de la suciedad y los piojos ante la falta de jabón. Las más humildes tejían trenzas en sus cabellos que enroscaban en la cabeza. La raya en medio era lo más convencional. Las clases más afortunadas disponían de joyas y diademas.

La única aportación fue la aparición de los tirabuzones como peinado. Las clases altas también recogían su pelo pero de forma más sofisticada y sustituyendo las capuchas y gorras por finas telas.

El Renacimiento

Es en el Renacimiento cuando tanto la peluquería como la cosmética facial toman un impulso importante. Italia se convierte en el centro europeo de la elegancia. Tener el pelo rubio era sinónimo de buen gusto, y para conseguirlo mezclaban los extractos más inverosímiles. Se popularizó el rubio ceniza, el hilo de oro y el color azafrán.

Los accesorios proliferan y aparecen los postizos; redecillas, coronas y joyas se extienden no solo en la Corte, sino también entre las florecientes clases urbanas.

A pesar de los cambios producidos, todavía la higiene personal dejaba mucho que desear.

El Barroco

Siglos de riqueza decorativa y exageraciones en los que lo más característico del look de las pelucas blancas mediante las cuales se diferenciaban las clases sociales. Se mezclaban con el cabello joyas, gasas, plumas, flores, cintas,…

La higiene no se consideraba una facultad indispensable a pesar de considerarse tan refinados. El rizo y los tirabuzones empezaron a crearse de manera artificial mediante palos cilíndricos que luego se calentaban en hornos de panadería o en fraguas.

El Siglo XIX

Con la Revolución Francesa y la Revolución Industrial se instauró la sencillez como línea a seguir en todos los sentidos, dejando de usarse las pelucas y abalorios de fantasía. Aumentaron las medidas higiénicas y surgieron nuevas profesiones, entre ellas, la peluquería. Los peluqueros trabajaban sobre todo a domicilio en el caso de las mujeres de la burguesía; los hombres en cambio continuaban acudiendo al barbero a cortarse el cabello.

El moño se considera el peinado más distinguido del momento que en el caso de las burguesas se cubría con un sombrero al salir a la calle como máximo adorno. Aparecen los primeros colorantes sintéticos.

El Siglo XX: 1900-1930

El Siglo XX es el siglo de las vanguardias y el nacimiento de la moda. Nacen definitivamente los salones, que se acercan al pueblo; los productos específicos dejan de ser artesanales y aparecen las grandes firmas; se decida una parte del presupuesto familiar a arreglar el peinado y surgen las escuelas y estudios de peluquería.

En los primeros años, con la incorporación de las mujeres al trabajo, éstas llevan el pelo corto, puesto que buscan la comodidad. El pelo corto, que hay quien consideró una moda pasajera, ha continuado ligado a la mujer independiente y moderna.

Otro hecho importante es la aparición de los primeros sindicatos y asociaciones de peluqueros.

El Siglo XX: 1930-1960

La época dorada de Hollywood influyó en todos los aspectos de la moda. En peluquería el máximo exponente de la moda eran las grandes ondas de Vivien Leigh o Rita Hayworth, el cabello rubio platino ondulado que tapaba un ojo de Veronica Lake y el peinado de Marilyn Monroe.

Era habitual que las mujeres acudieran a la peluquería al menos una vez por semana. Triunfaron las medias melenas con puntas hacia fuera o las melenas cortas con mucho volumen gracias a una gran cantidad de fijación.

Entre los hombres, inicialmente se llevaba el pelo corto de estilo militar, con grandes cantidades de brillantina en las grandes ciudades; posteriormente el mítico tupé de Elvis sostenido por fuerte brillantina.

El Siglo XX: 1960-1980

Tupés de rockabilies, melenas y flequillos al estilo beat, flequillo muy corto y pelo más largo en la nuca al estilo David Bowie, rastas a lo Bob Marley, pelo descuidado largo y caído de manera natural al estilo hippie y posteriormente al grunge,…

Pero dos peinados marcaron la moda de los años 60 y 70: los rizos exagerados a lo Jackson Five y el peinado de corte de paje de Vidal Sassoon. Ambos buscaban la comodidad, tanto al llevarlo como al peinarlo, signo que caracteriza la moda del cabello de la edad contemporánea, puesto que la mujer trabajadora necesita estar arreglada en el mínimo tiempo posible.

El Siglo XX: 1980-2000

La mujer quiere demostrar que su profesionalidad no está reñida con su belleza: es el empujón final del culto al cuerpo. El hombre también comienza a preocuparse cada vez más por su físico y comienza a usar productos cosméticos.

Los estilistas comienzan a crear tendencias proponiendo pautas de moda: en los 80 se llevaban los cabellos ondulados ligeramente y en los noventa los desfilados, escalados y las extensiones.

Los inicios del Siglo XXI

La industria de la belleza ha entrado en la mayoría de los hogares, dedicando una parte del presupuesto mensual a cuidar el cabello, a hacerlo cambiar,… Empieza el milenio de la peluquería. Cualquiera de los estilos que a lo largo de los siglos anteriores han triunfado se ven ahora en las cabezas de los más atrevidos.


Fuente: http://www.eyou.es/es/cms/historiapeluqueria